Voy a dar un salto bastante grande en el tiempo, y expongo una arquitectura que no tiene nada que ver con la última entrada. Esto es un pequeño fragmento de un trabajo que hice en mi primer año de carrera, el cual obtuvo un magnífica nota.
El Allianz Arena está ubicado en Múnich, en la región de Baviera (Alemania), proyectado por el grupo suizo de arquitectos Herzog & de Meuron, dirigido por Jacques Herzog y Pierre de Meuron, ganadores del premio Pritzker en el año 2001.
La arquitectura externa del Allianz Arena está compuesta de 2874 paneles romboidales de ETFE (copolímero de etileno-tetrafluoretileno) a una presión de 0,035 hPa. Cada panel puede iluminarse de manera independiente de color blanco, rojo o azul. La intención es iluminar los paneles en cada partido con los colores del respectivo equipo local, o de color blanco cuando juega de local la selección alemana.
Para la construcción se utilizaron aproximadamente 120.000 m³ de hormigón para el estadio y 85.000 m³ para los estacionamientos. Se utilizaron 22.000 toneladas de acero para la construcción del estadio y 14.000 t para la construcción de los estacionamientos, cuya extensión es de aproximadamente 270,000 m².
Tres aspectos definen la concepción arquitectónica y urbana del estadio de Munich concebido para el Mundial de fútbol de 2006 de Alemania, y para servir de sede a los dos equipos de la ciudad, Bayern Munich y TSV Munich 1860: su presencia como un cuerpo iluminado que puede alterar su apariencia mediante el color y está situado en un paisaje abierto, la manera de llegar de los aficionados en una suerte de procesión, y el interior con forma de cráter.
Tanto el caparazón de la fachada como el esqueleto estructural del estadio se han diseñado con el objetivo de materializar estas ideas clave. Las escaleras principales que se ciñen al perímetro por el lado interior de la fachada ascienden con una pendiente muy importante, subrayando el tipo de acercamiento procesional de los visitantes al estadio.
Estas ideas otorgan al conjunto del proyecto su carácter distintivo, mientras que algunos espacios como las zonas VIP, los vestíbulos o las zonas de catering, son indistinguibles de los de otros estadios, y están sujetos a los cambios que inevitablemente introducirán sus usuarios.
El estadio se sitúa como un enorme cuerpo luminoso en el paisaje abierto que separa el aeropuerto del centro de la ciudad, como si un zeppelín se hubiera posado entre las autopistas. Su piel luminosa está compuesta de 2874 burbujas romboidales de una ETFE, pudiendo iluminarse cada una de ellas por separado en blanco, rojo o azul. El color de las burbujas se puede controlar digitalmente para que desde el exterior se perciba cuál es el equipo que está jugando: Bayern Munich (cuyos colores son el rojo y el blanco), y el TSV Munich 1860 (cuyos colores son el azul y el blanco). La apariencia cambiante del estadio aumenta su atractivo como monumento urbano incluso para aquellos que no se sientan atraídos por el fútbol.
Los aparcamientos se extienden desde la estación del metro hasta el estadio bajo una explanada, creando un paisaje artificial por el que se produce la peregrinación de los aficionados. Este paisaje contiene franjas de verde que se funden con la vegetación de su entorno. Caminos serpenteantes de asfalto configuran el ritmo y afluencia de la multitud que se dirige en procesión hacia el estadio.
Ya que sólo se utilizará para partidos de fútbol, en el nuevo recinto los asientos se encuentran adyacentes al terreno de juego, y los tres niveles de graderíos se acercan todo lo posible al campo. La inclinación, que aumenta en de la parte inferior a la superior, es de 34º lo que genera una densidad adicional al conjunto, situando a los espectadores muy próximos al terreno de juego, y permite una visión perfecta desde todos los puntos.
Cuenta con 66.901 lugares en tres niveles completamente techados, 3400 de ellos asientos ejecutivos, 106 palcos VIP y 1.400 lugares próximos al campo. Una vez dentro, las instalaciones para aficionados y hombres de negocios, abarcan todos los ámbitos, con una amplia elección de catering, entretenimiento y ocio, Salones de la Fama, servicios de guardería y jardín de infancia, grandes tiendas para aficionados, oficinas y salas de conferencia por nombrar unos pocos. No menos de 6.500 metros cuadrados se destinan a restaurantes y bares. La enorme explanada de acceso al estadio para colocar dos niveles de aparcamientos, facilitando así la ardua tarea de encontrar aparcamiento en un día de fútbol, además de que ir al estadio caminando supone un esfuerzo por encontrarse bastante retirado de lo que es la ciudad.
Respecto a los alzados decir que se trata de un cuerpo homogéneo, pues la única solución adoptada es la de usar las burbujas de ETFE. En la fachada Este se ha colado el nombre del estadio, para que sea visible desde la carretera que pasa al lado del estadio. El caparazón formado por las burbujas de ETFE deja jugar con la apariencia del estadio pudiendo iluminarlo al antojo de los organizadores de los eventos. En el detalle inferior se muestra por qué se iluminan independientemente, y nos ayudan a comprender la maravillosa solución adoptada por los arquitectos.
La burbuja neumática de ETFE blanco se ilumina gracias a dos sistemas de iluminación situados en los extremos de la misma apoyados en una construcción secundaria que únicamente tiene la función de sujetar el sistema luminoso. La burbuja se mantiene hinchada gracias a un circuito cerrado de aire, que está en continuo movimiento. Las paredes del estadio en las zonas de oficinas son de vidrio, dejando así pasar la luz solar, pero también tiene su inconveniente, demasiada luz es molesta, para ello se ha colocado una pantalla solar que se oscurece para regular la entrada de luz, teniendo así la iluminación óptima. Para mantener estas instalaciones se ha colocado unas guías para colocar una góndola que permita el movimiento en vertical de la misma.
El ETFE es un copolímero de etileno-tetraflúoretileno: una especie de plástico. Fue diseñado para tener alta resistencia a la corrosión y fuerza en una amplia gama de temperaturas.
En comparación con el vidrio, las películas ETFE tienen el 1% del peso, transmiten más luz y reducen entre un 24% a un 70% menos de gastos al de instalar. También es muy resistente (es capaz de soportar 400 veces su propio peso, se auto limpia debido a su superficie antiadherente), y es reciclable. Con desventaja destaca el hecho de que es propenso a los pinchazos de bordes afilados, aunque si se rasgara se podría emparchar en caliente con piezas del mismo material.
ETFE se utiliza comúnmente en la industria nuclear para atar o envolturas de cable. Esto se debe a que ETFE tiene mejor resistencia mecánica y resistencia química en comparación con el politetrafluoroetileno (PTFE). Además, ETFE presenta una alta resistencia a la radiación de energía y puede soportar altas temperaturas moderadamente durante un largo periodo de tiempo.
Otras ventajas del ETFE es la baja inflamabilidad que posee, además de una gran resistencia a disolventes y agentes químicos, elevada resistencia a condiciones climáticas exteriores, excelente resistencia al desgarro y bajísima permeabilidad. La norma para el correcto empleo viene detallada en la UNI EN 13206,2002.
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