La nueva Biblioteca Central de Seattle ha conseguido doblar el número de visitantes de los que acudían al anterior que se encontraba en el mismo emplazamiento, y es que un edificio moderno, llamativo y singular es un gran atractivo para la sociedad actual.
Este edificio lleva el sello de uno de los arquitectos más importantes del planeta, hablamos del holandés Rem Koolhaas, Premio Pritzker del año 2000 entre otros grandes premios.
La estructura está recubierta por más de 10.000 fragmentos de vidrio, la mitad de ellos son de triple capa y poseen una malla metálica insertada entre las dos capas exteriores para proteger el edificio del frío y de las miradas curiosas. Este uso masivo de vidrio responde al deseo de Koolhaas de crear un edificio transparente y abierto. Su forma inusual se debe en parte a la voluntad intencionada de controlar el tipo y la cantidad de luz que penetra en los espacios interiores, estos ángulos insólitos que presentan están perfectamente calculados para su función y la incidencia de la luz diurna.


Observamos el espectacular voladizo que linda sobre una de las avenidas más importantes de la ciudad. Un sistema de plataformas flotantes y una retícula diagonal diseñada para evitar que el edificio sufra desperfectos de producirse terremotos o huracanes son otras de las innovaciones estructurales.
El propio Koolhaas comentó que este edificio es su obra maestra, por constituir una orquestación sinfónica de la función y la forma hasta ahora nunca vista.

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