Esta residencia de 174 m2
ubicada en Cañete (Perú), tal como afirman los arquitectos, el proyecto intenta
crear una intimidad o domesticidad necesaria para vivir en el desierto en el
que se emplaza la vivienda, sin negar ni falsear en ningún caso su ubicación.
Optaron por ocupar el solar en su totalidad y crear un prisma puro que ha
aterrizado en las dunas, pero que transmite la impresión de haber estado siempre
ahí. La casa equis gano el premio a la
mejor obra arquitectónica concedida en la IV Bienal de Arquitectura
Iberoamericana.
El estudio que se encargó de
proyectar esta vivienda fue Barclay & Crousse, un estudio ubicado en París,
formado por los arquitectos Sandra Barclay y Jean-Pierre Crousse. Ambos
estudiaron en la Universidad Ricardo Palma de Lima en Perú, y posteriormente se
licenciaron en Arquitectura en diferentes escuelas, en la Politécnica de Milán
y la École d’Architecture de París.
Su proyecto partía de la idea de
cavar las estancias habituales en este prisma preexistente, convirtiéndose los proyectistas en
una suerte de arqueólogos que apartan la arena para dejar a la vista unas
ruinas precolombinas. Estableciendo un grado máximo de ambigüedad entre los
espacios exteriores e interiores, los arquitectos procuraron enlazar todas y
cada una de las zonas de la casa con el cielo o el océano cercano.
Tallada en una colina, la entrada
a la casa se efectúa por el nivel superior, a través de un desvío de la
carretera. En este mismo nivel se sitúan las estancias comunes. Por su parte el
nivel inferior alberga el dormitorio de matrimonio, el dormitorio de los hijos
y un dormitorio de invitados, además de terrazas y una salida a la playa. La vivienda se sitúa sobre un
precipicio con vistas al océano, se presentan como variaciones de una misma
temática y ofrecen lujo y sofisticación en medio de un entorno natural agreste.
Alternando superficies opacas y transparentes, los arquitectos aplican un vocabulario de geometrías estrictas que enlaza la estructura con el imponente paisaje natural al tiempo que define con claridad sus fronteras defensivas.
La piscina suspendida, hace que
en cuyas aguas parezca flotar sobre las olas que rompen en la playa. Es uno de
los elementos más asombrosos de la vivienda.
Al cerrar las superficies
horizontales y abrir las verticales a la luz y el aire procedente del océano,
los arquitectos han creado un espacio resguardado al tiempo que
sorprendentemente expuesto.
Las amplias superficies planas de
color y la madera clara aportan calidez al interior en contraste con el
exterior.
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